La neuromodulación con toxina botulínica (comúnmente tratamiento llamado Bótox), es el empleo de sustancias paralizadoras musculares que nos permite corregir las arrugas faciales en zonas como frente, entrecejo y patas de gallo o región periocular, incluso podemos modificar la posición de las cejas, para crear una mirada más abierta y juvenil.
La neuromodulación también podemos trabajarla en otras zonas, como puede ser el músculo masetero, para tratar el bruxismo, o perfilar rostros muy cuadrados, en las axilas o las palmas de manos y plantas de pies, para reducir la sudoración excesiva (hiperhidrosis), o para corregir una sonrisa gingival entre otras opciones.
Aunque el tratamiento estrella, siempre se aplica para la reducción de arrugas.
Lejos de lo que anuncia la mala prensa, este medicamento capaz de modular la contracción muscular no se emplea para rellenar, siendo incluso necesario para llegar a ciertos resultados, recurrir a rellenos en algunos casos, dependiendo del profesional y paciente.
Lo que conseguimos con este tipo de tratamiento son resultados naturales y rejuvenecedores